Había una mujer que vivía sola, hilando día y noche para ganarse el sustento. En una de esas noches que hilaba, a eso de las 12 de la noche, tocaron su puerta y ella salió presurosa a ver quien era y al abrir se topó con un hombre que le dijo:
-Señora, hágame el favor de guardarme estas ceritas -entregándole un paquete de ceras-; mañana a esta misma hora voy a volver a recogerlas.
-Muy bien, señor -respondió ella, recibiendo las ceras y despidiendo al desconocido.
Pero grande fue su sorpresa cuando a la luz del candil las ceras se trocaron en huesos. Más asustada de lo que se puede imaginar uno tiró los huesos a un rincón y se pasó toda la noche muy preocupada sin tirar una pestañeada.
Al día siguiente apenas amaneció fue en busca del cura de la parroquia, a quien le contó lo sucedido. El cura le dijo que había hecho mal en abrir la puerta a esa hora y que ahora no había más remedio que esperar a que volviera el condenado para devolverle los huesos; pero cuando volviese, no abriría la puerta sola, sino acompañada de seis niños, tres niños y tres niñas. La señora prometió que así sucedería.
A la noche siguiente, cuando la mujer estaba en su casa acompañada de sus vecinas y los seis niños, tocaron la puerta como en la noche anterior.
Entonces ella, tomando a los niños, uno a la espalda, uno al frente, uno a cada costado salió a contestar al condenado y le entregó los huesos con la mano izquierda.
El condenado hablando con la nariz le dijo:
-¡Ajá! Sabías, ¿no? Considera a esos niños, porque si no te hubiera comido.
Y desapareció en el acto.
Vivian muy bien por la entrada, gracias por ello ya conozco un mito de esta región.
ResponderEliminarque miedo.... siga escribiendo mas mitos
si asi lo haré
ResponderEliminarbuena historia y si da miedo
ResponderEliminarmegusto tu mito esta lindo
ResponderEliminarvivian escribe mas mitos pero de mas terror
ResponderEliminarA ki tengo uno muy bueno
ResponderEliminarUna tarde de otoño, hace muchos años, una joven mujer decide salir a pasear por el Parque Rivera. A pesar de un viento frío y cortante que hacía gemir a los árboles y sumía al parque en la más absoluta soledad, la chica decide salir y llevar consigo a su bebé, que había tenido en condición de soltera.
ResponderEliminarEstando en vísperas de su boda la joven se aventura en el parque, por entonces más agreste que ahora y mostrando los resultados de recientes lluvias. Se la ve bordear el lago junto a su niño, mientras el viento arrecia con fuerza, desapareciendo de la vista. La futura novia, sin embargo, no regresará por ese sendero.
Al día siguiente encuentran su cuerpo inerte en el lago del parque, sin rastros del paradero del pequeño. Cuenta la historia que desde entonces, en las noches brumosas y tristes del otoño, puede verse a una joven vestida de novia en los alrededores del lago. Camina sola y llora desconsoladamente, mientras clama por un bebé que perdió hace mucho tiempo.
muy bn amia te felicito sigue asi
ResponderEliminaramix sigue asi esta bn
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